Elimina todo lo que no tenga relevancia en la historia. Si dijiste en el primer acto que había un rifle colgado en la pared, en el segundo o tercero debe ser descolgado. Si no va a ser disparado no debería haber sido puesto ahí.
Se le ha dado al “rifle de Chéjov” categoría de principio dramático. Se considera en los comentarios sobre este principio que cada objeto en la historia a contar debe ser necesario. Si no lo es, ha de ser eliminado.
En el cine, el “diálogo” con determinados objetos adquiere una dimensión de lenguaje muy especial. Los grandes cineastas no ponen su mirada sobre un determinado elemento u objeto y lo agrandan. Convierten a estos objetos en elementos de significación y lenguaje; ellos mismos cobran vida y se expresan como si fuesen pequeños personajes.
Por otra parte, tanto la literatura como el cine están llenos de profecías autocumplidas. Elementos que simbolizan predicciones que conducen en una cadena causal a veces muy sutil a que se cumplan. En literatura podemos comenzar con la profecía de las brujas de Macbeth y pasarnos al cine con Matrix, cuando Neo va a visitar a Oráculo y le dice que no se preocupe por el jarrón.
El rifle de Chéjov tiene muchas balas: es un principio, un consejo, una profecía, la semilla de una creación argumental que irá creciendo aun a pesar del autor.