● << Hay tres tipos de personas: los vivos , los muertos y los marinos. Tú, Adrián, eres marino por todos tus ascendentes y por tu propia vocación. Algún día tendrás que aprender a vivir como tal: en parte vivo y en parte muerto.>>
● << Alma mía, queridísimo Adrián,
No recuerdo cuántas veces quise hablarte de la mancha sombría que me atenaza por dentro. Siempre que me proponía hacerlo me echaba atrás porque temía, mas que ninguna otra cosa, que tu amor por mí se marchitara al conocer el mal que me tiene cogida. Pero ahora he decidido partir porque se con seguridad que la mancha se extiende y no va a cesar hasta poner su zarpa de oso en otras partes sensibles que no solo son mías sino de nosotros dos. Antes de irme quiero que sepas algo hermoso de ti: ¡me diste tanta vida! ¡disfruté tanto de tu amor noble y seguro! Me gustaría pensar que tu también recibiste amor de mi porque, aunque soy “tremendamente noruega” como tantas veces me decías al reñirme, te quise con todo, absolutamente todo, lo luminoso que quedaba en mí.
Ahora se que para defender nuestro amor oculté en la nieve nuestra tierna relación. Pero en Noruega hay un dicho que dice: “lo que se oculta en la nieve se desvela en el deshielo”.
En este momento, sintiéndote cerca todavía y lejos en el mar, mi deshielo ha dejado a la vista de la zarpa del oso lo que me quedaba de luz.
¡Vive por mí, amor mío! ¡Vive!
El nuestro fue un viejo amor y el viejo amor, como los barcos de madera noble, no se corroe.
Emilie.>>
● << Andrés había puesto en marcha su “ mordschlag”, la estocada mortal que había estado preparando los últimos meses en Venezuela, tras el asesinato de Alexandra. Como decía Eric Fromm, no se construía un submarino leyendo a Julio Verne, por lo que antes había estudiado las fugas elaboradas de los jefes de los cárteles de la droga y la operación de rescate familiar en avioneta que el militar cubano, Mayor Orestes Lorenzo, había preparado de manera meticulosa. >>
● << Y si algo en nuestra relación de hermanos permanecía invariable era que siempre estábamos en movimiento. Vivos o muertos, siempre en movimiento. Porque Philip nunca se movió conmigo tanto como después de muerto. Fue el mejor compañero que alguien pueda imaginar para travesías duras de dolor…
Me aproximé a la base del Mallo Pisón, busqué una grieta y dejé, bien protegido por una funda de plástico, el libro de Matsuo Basho que fue el incitador de nuestra amistad…Sentía al instante a Philip a mi lado. Comentamos lo lejos que nos había llevado ese libro. Hablamos como otras veces del misterioso Haiku de Basho: “ Este camino/nadie lo recorre/salvo el crepúsculo.”
Habíamos necesitado toda una vida juntos para entenderlo: solo cuando también reconocimos y nos hicimos crepúsculo, pudimos recorrer aquel camino. ¡ Que bello, qué mágico y qué catastrofico!
● << En aquel escenario tan concurrido estaba completamente solo. Aislado de todo el mundo, centrado en una desagradable sensación física que aumentaba de intensidad.: un dolor agudo que se abría paso en mi corazón. A medida que se incrementaba ese dolor punzante hasta el punto de hacerse insoportable, mi mente se bloqueaba. Este bloqueo alcanzó algo parecido al colapso mental. Y así, repentinamente, me sentí transportado. Estaba de nuevo sentado en el borde del parterre de Battery Park, unos días antes de la navidad de 2006, cuando una multitud cómplice y amable llenaba el parque para asistir a la firma de la primera viga de acero del One World Trade Center. Recordé mis dudas de entonces y lo que ocupaba mis pensamientos: el caerme y levantarme, el hundirme y elevarme….la respuesta vino de mi amigo Battery Park y pude valorar el tesoro que me había regalado. La vista y todo mi cuerpo se enderazaron con seguridad, dejé de estar inclinado hacia la sima interior de uno de los dos estanques y mirá hacia arriba. Hacia el edificio ya terminado del One World Center, de medio kilometro de altura. Entonces supe qué hacer y cómo hacerlo.>>